Paraíso Lúcido

Como Alicia, he soñado despierto mil y una aventuras en Wonderland, aprendí a dibujar leyendo un viejo libro de Disney de pintar y colorear basado en su película animada, he perdido la cuenta de las veces que me he sumergido entre sus páginas, tan llenas de ideas, de secretos, de juegos de palabras, de una anarquía creativa envidiable, este libro es parte de mi alma, de mi vida. Un extraño sueño de vigilia que uno desearía prolongar por toda la eternidad.

Me ha costado escribir su reseña, pues como mi introducción evidencia, me resulta imposible ser imparcial, mostrarme objetivo, impasible, ante tal prodigio de las letras. Mi libro favorito, mi Alice, parte de mi Trinidad personal de obras supremas literarias conformada por Wonderland, El Principito y Harry Potter.

Los tres libros que todo padre debería leer junto a sus hijos, una experiencia que espero realizar algun día futuro, si encuentro una mujer con la paciencia suficiente para soportarme.

Obra maestra

El único aspecto negativo que me aventuro a incluir en esta reseña, es que Carroll no podrá regalarnos con nuevas aventuras de Wonderland, y que como escritor sé que jamás, jamás podré escribir algo digno de compararse con semejante milagro de las palabras.