El libro infantil de Stephen King

Érase una vez una Torre Oscura

El Sr. King se pasa a la metaficción de una forma harto ingeniosa debutando en el género de la literatura infantil con Charlie the Choo-Choo, un cuento sobre las aventuras del maquinista Bob y su mejor amigo Charlie, el cual es nada menos que su tren, poseedor de conciencia propia. Uno no puede evitar pensar en el clásico de Michael Ende Jim Botón y Lucas el maquinista, y de hecho me pregunto hasta que punto se parecerán ambos libros.

No dudo de la maestría narrativa de King, si bien el listón del Sr. Ende es muy alto, todavía recuerdo pasajes surrealista y evocativos del libro, como los infames “pseudo-gigantes”, criaturas que solamente parecían gigantes cuando los observabas desde la lejanía. ¿Podrá King contrarrestar con algo de este nivel?

Pero, ¿dónde ves tú la metaficción?

Oh, e aquí la gracia del libro. El autor de Charlie the Choo-Choo es Beryl Evans, un personaje de la Torre Oscura. Sinceramente, se me ocurren pocas formas mejores de promocionar el polémico estreno de la adaptación cinematográfica de la mencionada saga. De hecho, tengo más ganas de leerme Charlie que de ver el film, el cual todo sea dicho, intuyo que el menor de sus problemas será el absurdo y políticamente correcto cambio de raza del protagonista.

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