You got rickrolled!
Si llevas más de un año en Internet es muy posible que en alguna ocasión te hayan pasado el enlace del supuesto nuevo tráiler de una esperada película, una terrible catástrofe o un vídeo picante de sugerente título, para acto seguido, ver tu curiosidad hecha añicos cuando en lugar de lo prometido aparece un joven pelirrojo con un prominente tupé, cantando una pegadiza canción pop de los 80 y moviendo el esqueleto como si no hubiese un mañana.
Tan terrible acto de crueldad es denominado rickrolling por los “expertos” del ciberespacio. Esta perversa práctica ha molestado y divertido a los internautas desde el nacimiento de Youtube, y pese a que su época dorada quedó atrás, se resiste a desaparecer del todo.
Lo llamativo de este fenómeno viral es el poco dinero que ha aportado a su inesperado protagonista, se comenta que el cantante Rick Astley en el año 2010, en pleno apogeo del rickolling, apenas había ganado 12 dólares por 39 millones de visitas que había tenido su videoclip Never Gonna Give You Up.
A día de hoy el contador de visitas del infame vídeo asciende a doscientos cuarenta y cinco millones, lo cual equivale aproximadamente a unos 75 dólares, sin duda una suma de dinero que le permitirá comprarse una mansión en Beverly Hills y retirarse del mundo de la música. Pobre recompensa se llevan los artistas (me lo dices o me lo cuentas).
La nota positiva de esta historia es que 29 años después de su fugaz pero muy exitosa carrera (ex miembros de One Direction, tomad nota), nuestro chico Rick Astley ha vuelto a ser número uno con Keep Singing, profético título.
¿Qué opinas?